Si estás cansado de ir por la vida con la lengua fuera y apagando fuegos, entonces esto te interesa.

Te lo cuento aquí.

Porque, ¿sabes cuál es el primer problema?

Que crees que no estás tan mal.

Que es normal lo que te pasa.

Por eso, si quieres comprobar cómo estás realmente, cuando introduzcas tu e-mail te llegará por correo electrónico un rápido, pero dolorosamente certero TEST DE AUTOEVALUACIÓN de cómo te gestionas.

21 preguntas que te permitirán saber en qué punto estás entre ser un paladín de la Organización o un jinete del Caos, más allá de la imagen que te hayas montado de ti mismo.

Podrás ver tus puntos fuertes y tus puntos débiles de un vistazo.

Tardas nada en hacerlo y te dirá cosas de ti que igual no sabías.

Y cuando lo termines, te quedarás pensando.

No falla.

Porque si sigues leyendo esto, es porque demuestras interés. Iniciativa. Seriedad.

Una persona respetada por clientes, compañeros y amigos.

Pero luego miras tu día a día, y es una bomba de relojería.

No tienes una agenda decente.

Mucho lo haces a última hora.

Vas corriendo a todos lados y llegando tarde por costumbre.

Se te solapan reuniones, compromisos, eventos… Si no es que los olvidas directamente.

En definitiva, que lo haces todo de oído.

Pero sigues a flote.

¿Por qué?

Por carisma, intuición, agilidad mental.

Te escapas por los pelos.

Y ese es el problema.

Que no llegas a caerte, pero tampoco estás bien.

Sólo sobrevives.

Funcionas porque eres espabilado, porque improvisas bien.

Porque hablas rápido y piensas aún más rápido.

Pero por dentro cansancio crónico, culpa por no llegar a todo, estrés que no deja de crecer.

Siempre con la sensación (probablemente real) de que si fallas una vez, se te vendrá todo encima.

Y es ahí donde está la trampa.

Crees que podrás con todo, a pesar de tu caos mental.

Y no es que necesites más horas, más días.

Los acabarías saturando igual.

Necesitas un sistema.

No esperar a que pase esta mala racha o a que llegue “una semana más tranquila” (spoiler: no llega).

Lo que necesitas es ordenar la cabeza.

Recuperar el foco.

Volver a tener claridad.

Por eso, si quieres mejorar radicalmente la forma en la que te gestionas y organizas, en esta Newsletter te voy a hablar precisamente de eso.

De funcionar usando el sistema adecuado.

De vaciar tu cabeza del estrés y la presión y sustituirlas por control y propósito.

De acabar con la sensación constante de no llegar, de ir sobrepasado, de que se te escapan cosas.

Así que te voy a contar cómo funciona esto.

Escribo un correo todos los días sobre gestión de la atención, organización, mentalidad y ese tipo de cosillas que te vendría de lujo saber.

En algunos correos te intentaré vender algo.

En otros compartiré rutinas que podrás aplicar en tu día a día.

Muchas veces historias molonas que te dejarán pensando mientras te tomas el café.

Pero te garantizo que en todos encontrarás valor de sobra como para que te merezca la pena seguir leyendo.

Correos cortos pensados para personas que, a pesar de tener talento, ideas y profesionalidad, recorren la semana en modo supervivencia.

Para que recuperes el control.

Para que no vivas apagando fuegos.

Para que todo no dependa de que estés “fino” ese día.

Así que ya sabes, escribe tu correo y recibirás el test de autoevaluación y tu newsletter diaria.

Y si ves que ésto no es para ti, no pasa nada.

Quizá no sea tu momento.

Tomar el control no es para todo el mundo.

En cualquier caso, suscribirse es gratis.

Darse de baja, también.